La importancia de la música en el cine: comienzo del cine sonoro
El cine sonoro dió paso a un antes y un después en el periodo de la creación artística y su forma de entenderla, cambiando la concepción de la expresividad y la comunicación. En el cine mudo, por ejemplo, se intensificaban los gestos y la expresión gestual alcanzando un nivel de sensibilidad estética majestuoso, que poco después cambió con la llegada de las bandas sonoras y el ambiente acústico.
Tras 35 años de éxito con el cine mudo, el reinado se acabó en el año 1926, gracias a la proyección y exhibición de “Don Juan”, a la que siguió “El Cantor de Jazz” (The Jazz Singer) en 1927. En este momento, el cine no tuvo que enfrentarse tan sólo a todas las innovaciones técnicas necesarias para hacer posible el montaje de este tipo de películas, con la instalación de dos bandas magnéticas (una dedicada al sonido y otra dedicada a la imagen), sino que también tuvo que adaptarse a las concepciones artísticas del momento. Poco después llegó el sonido digital y las BSO (bandas sonoras originales) que más adelante darían lugar al protagonismo de los grandes largometrajes de taquilla, siendo recordados en la memoria de muchas personas, aportando como resultados visibles, muchos cd’s que catapultarían a bandas de música y compositores al estrellato. Fue el caso de Aerosmith y Armageddon o Vangelis y Blade Runner.
La técnica fue variopinta y evolucionó poco a poco. Los primeros sonidos en cine, se recrearon de diversas formas, colocando primero diversas instalaciones detrás de la pantalla que permitían crear todo tipo de sonidos, tanto diálogos como sonidos ambiente e incluso actuaciones musicales en directo, lo cual ayudaba a amenizar los diálogos de las películas con composiciones instrumentales, algunas veces improvisadas por maestros musicales u otras veces basadas en las partituras del mismo autor o director. Al llegar la técnica “vitapohone”, el método se volvió más sofisticado aportando altavoces que aumentaron el éxito de las emisiones sonoras, elimando el ruido y las imperfecciones. Tras éste llegó el photophone, que retransmitía el sonido por medio de la luz y los discos de huellas sonoras fotográficas, que crearon un paso más hacia el sonido digital perfeccionista que hoy conocemos.
Cómo anécdota, te gustará saber que los micrófonos para captar el diálogo o canto de los actores, antiguamente se colocaban en los objetos cercanos al intérprete o en su peluca, dedicando graciosas curiosidades en el montaje que hoy nos parecen imprevisibles.
A través del tiempo siempre acabará permaneciendo aquel reflejo de los fragmentos más amados del cine, reconociendo muchas veces títulos por sus primeras notas, relacionando algunas mejores escenas con tracks que llegan a emocionar y a perdurar en el tiempo ¡como las mejores obras de arte de este último siglo!